Pero efectivamente no voy a referirme a la historia patria que ya
deben saber, ni lo que de allí desprendió al ánimo local, lo que en los
periódicos no sale por que no es relevante. Pero destaco que las campesinas
lenguas hablaban de la preocupación y el fragor de los venideros meses de
comienzo de milenio.
Pero ahora poco nos interesan las
inquietudes humanas, porque fue la ausencia del Amo, allí, en la quinta, lo que dejo a los animales en un
vacío existencial, impropio de dichas especies; Tanto que las aves no volaban
porque ¿para qué?, los gatos no ronroneaban, solo maullaban, los dos
caballos: Pacheco (como su primo) y
Atilano relinchaban con las trompas en el piso hacia la puerta trasera, y la
Mula Renata, la más superflua de las criaturas del palacio, con un destello
casi humano en la córnea, añoraba fenecer cual fuera la causa del aire espeso, el bochorno con piquiña, de las que fueron bellas y coloreadas flores pero
ahora mustias son.
Así tal cual, como el estado del
palacio en que Charles Perrault instalo a la Bella Durmiente, Y que posteriori, El sequito, súbditos y bestias cedieron
al sueño, a la zozobra, como una maldición; en esta condición se mantuvo cada partícula
del aire, en su respectiva posición, hasta el 13 de agosto, día en que fue
rescatado de las manos de sus captores, y la vida en el palacio del zancudo pareció
volver a tener la velocidad del tiempo.
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