Cabe para mí nombrar de entrada a los actores de esta
gazapera, solamente para dejar señalado en quien creo deben reposar los
madrazos por lo que pasa, y aclarar que no soy un antipatriota y que tampoco
estoy ensañado con la gente del país del sagrado corazón, o con los cucuteños
en particular, como quizás puede llegar a parecer.
Comenzando: a)
Gobierno colombiano, que no se preocupó en 50 años por el Catatumbo, uno de los
focos subversivos más grande de la nación. b)
Gobierno venezolano, quien en su negligencia y confianza ciega en los agentes
de la revolución, dejaron corromper la guardia nacional. c)
FARC, ELN, EPL que para financiar su lucha inútil pretendieron tomar los
mercados ilegales y criminales convirtiéndose en auténticos bandidos. d) Las AUC, que llegaron al Catatumbo
en 6 camiones patrocinados por el ejército e instalaron purgatorios ambulantes
en villa del rosario. e) Las Bacrim,
el resultado de la negociación mediocre de Uribe con las AUC. f) Delincuencia común, la verrionda anomia,
costumbre de los pueblos desposeídos para buscar en el umbral de lo admisible su
realización material. g)
Narcotraficantes, que están en todos lados, como los testigos de jehová,
haciendo de la condición su oportunidad. h)
Contrabandistas, esos que desfalcan a los países pero por cultura nos parece un
trabajo muy normal i) Sociedad civil
colombiana, negligente e individual, que le dice Castro-chavista a los que
creemos en Marx j) Sociedad civil
venezolana, que Chávez volvió perezosa con el socialismo más raro del mundo,
que nos dice imperialistas porque no apoyamos al majadero de Maduro.
Ahora si, la medida tomada por el presidente Nicolás
Maduro, me parece la medida más sensata que ha tomado en lo que lleva de
gobierno, sean cuales sean las intenciones a que esto conllevaron, nos permite
tomar apuntes sobre el desorden mogollón en el cual coexistimos. Cuando digo
que apruebo la medida, me refiero a el acto constitucional de cerrar la
frontera y declarar el estado de excepción, que permite generar las condiciones
de revisión de la problemática fronteriza, tardía, pero mejor que llegase a que
no llegase nunca; quizás una de las razones temporales de este acontecimiento,
sean precisamente aquella suerte de miseria en la que hoy está la economía
venezolana; yo no tengo autoridad moral para recriminarle al gobierno de
Nicolas Maduro Moros su intervención, como parte de una pequeña maquinaria en
la que me servía, —de
pinpineros, de Colgate, de Protex, solo por poner un ejemplo— indirectamente financiando
la mafia de delincuentes que tras ella se mueven. Es verdad, nadie puede negar
la podredumbre que camina sobre las trochas de esos ríos, y reconociendo mi
culpa no puedo decir ni una palabra en contra, y si fuera del interior y no
tuviese culpa alguna, tampoco podría enjuiciar estos acontecimientos tan
amarillistamente analizados, porque sé que por fin alguien en la brillantes de
su estupidez y en la desventaja de su estado militar, ha tomado la decisión y ha
procedido, claramente a su manera, fijándose en el patio trasero del país;
señores, esto era predestinado, esto debía ser así o peor, porque nosotros no
entendemos con cariñitos, aprendemos con paladas, porque somos burros nacidos
en el trópico. El otro caso, si yo fuera una de esas personas deportadas a
Colombia, desalojado de mi casa, casa la cual marcaron con una D que no se sabe
que significa si, Desterrado, Desalojado, o el menos probable Demolición, esta
anotación la hago porque la única casa de la que somos testigos de su
derrumbamiento es una casa Rosada que funcionaba de burdel y que la repiten y
la repiten, ¡han tumbado tantas veces esa casa ya! Que son cientos de casas
demolidas para la opinión pública. Prosiguiendo, en ese caso, odiaría a Maduro,
y a Diosdado, a la mediocre oposición venezolana, odiaría a Uribe, quizás el
benefactor del mi primer desplazamiento forzado, pero eso sí, no tendría ningún
argumento para desestimar la intervención en la zona fronteriza, y menos,
llevando ese intento de vida de desamparo y rebusque, ¡Soy colombiano!
Venezuela no me debe nada.
Lo mejor que puede hacer Colombia es construir país con
los hermanos colombianos, cerciorarse de si hubo o no violaciones del DIH,
seguir el conducto que las instancias internacionales establecen blablabla,
pero lo más importante, generar condiciones económicas en la frontera para que
la dinámica social desarrolle su recurso humano, pero lo que hay es propuestas
irrisorias y de capitalismo keinesiano, pañitos de agua tibia, que auguran
desembocar en una nueva macro rueda de negocios 2.0.
Voy en segundo semestre de psicología, no he profundizado
tanto en conductismo como para dar este diagnóstico, pero me atrevo a asegurar
que cuando la frontera sea abierta, será como cuando San Pedro abra las puertas
de los cielos, todos los infelices y condenados, entrarán corriendo a robarse los
pomos de oro de las puertas. A pesar de este trago amargo aún nos falta
paladear heces fecales, para aprender y arreglar la situación. Ojala esté
equivocado.
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